¿Puede una campaña electoral modificar el sentido de nuestro
voto? Si hace unas semanas argumentaba que tanto daba votar o no el próximo 25
de mayo, me desdigo. La propaganda PP-PSOE para estas europeas ha conseguido
que ese domingo yo pierda el culo hasta la urna más cercana. Mi objetivo:
abofetear a Miguel y a Elena.
*Nota para el Ministerio del Interior: No pretendo desde aquí incitar a la violencia a los “odiadores” de
nuestro país. La palabra “abofetear” la uso como una figura literaria. Una metáfora
que vendría a significar dar una lección democrática.
«Para mí fue un poco lo mismo, Jesucristo y la revolución
después, el Che Guevara y en España Felipe González. Para mí todo eso está un
poco en la misma lógica, son gente que sale a defender a los demás, en eso sí
creo». La frase es de la candidata del PSOE, Elena Valenciano. No diré nada más
contra la disposición natural para discurrir de esta mujer.
«El debate entre un hombre y una mujer es muy complicado,
porque si haces abuso de superioridad intelectual parece que eres un machista
que está acorralando a una mujer indefensa». Ésta es del candidato del PP,
Miguel Arias Cañete. En su opinión, el machismo no está en tratar con condescendencia
a una mujer por el hecho de serlo. Y este señor fue Ministro.
¿Mis conclusiones? No deberíamos resignarnos a escuchar las
estupideces diarias que salen de la boca de nuestros políticos. El domingo 25
levántense a votar. No porque crean en Europa, en el euro, la troika o Merkel.
No porque secunden las políticas del PP, los descalabros de la oposición o el
deber ciudadano. Despéguense del sofá porque será lo más cerca que estarán de
estirar la mano bien abierta, abrir un ángulo de 90 grados y estampar la memez
de los candidatos carne contra carne. Después ya veremos si Valenciano pone la
otra mejilla.
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